Cuando alguien piensa en adoptar un gato, lo más común es imaginar un pequeño cachorro: juguetón, curioso, lleno de energía. Y sí, son adorables. Pero lo que muchos no saben es que los gatos adultos tienen algo muy especial… algo que solo quienes les han dado una segunda oportunidad conocen bien: un amor sereno, profundo y lleno de gratitud.
En las protectoras, los adultos esperan. Y esperan. Mientras los cachorros salen en adopción en cuestión de días, los mayores se quedan. No porque tengan menos que ofrecer, sino porque pasan más desapercibidos. Pero si supieras todo lo bueno que viene con ellos… te enamorarías sin pensarlo.
¿Por qué adoptar un gato adulto?
- Su carácter ya está formado. Sabes desde el principio si es tranquilo, sociable, independiente, juguetón… No hay sorpresas. Puedes encontrar justo el tipo de gato que encaja con tu hogar y estilo de vida.
- Se adaptan muy bien. Aunque muchos creen lo contrario, los gatos adultos suelen adaptarse con más facilidad que los pequeños. Agradecen tanto tener un hogar que hacen todo lo posible por sentirse parte de él.
- Son más tranquilos. No tienen la hiperactividad de los cachorros. No lo rompen todo, no trepan por las cortinas, no te despiertan a las 3 de la mañana mordiendo tus pies. Son compañeros ideales para hogares relajados o con personas mayores.
- Ya están educados. Saben usar el arenero, suelen tener buenos hábitos y entienden mejor las rutinas. Esto hace que la convivencia sea más sencilla desde el principio.
- Son inmensamente agradecidos. Cuando adoptas a un adulto, se nota. Ellos saben lo que es no tener hogar. Y cuando lo tienen, lo valoran. Te miran con una profundidad que solo da la experiencia.
¿Y los mitos?
– “No se encariñan igual”: Falso. Los gatos adultos crean vínculos igual de fuertes, solo que a su ritmo.
– “No jugarán conmigo”: Falso. Muchos adultos son juguetones, solo que prefieren elegir el momento.
– “Es mejor empezar desde cero”: ¿Por qué? Adoptar un adulto es empezar con alguien que ya sabe amar.
El hogar que tanto han esperado… puede ser el tuyo
No hay nada más bonito que ver a un gato adulto, que venía con miedo o tristeza, empezar a dormir tranquilo, a dejarse acariciar, a seguirte por la casa. Esos pequeños gestos te llenan el alma. Porque sabes que le diste algo que quizá pensó que nunca tendría.
Dale una oportunidad a un gato adulto. No lo veas por los años que tiene, sino por todo lo que aún tiene por darte.
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Tenemos gatos maravillosos esperando un hogar donde ser, por fin, felices.